#PaisesGovTech: Dinamarca, 15 años de experiencia para gobernar desde la nube
A excepción del 2014, Dinamarca se ha posicionado durante todo este siglo entre los 10 países del mundo que mejor prestan sus servicios en línea, según el e-Government de la ONU.
Desde hace cinco años está en el primer lugar, y su caso de éxito ha desplegado toda clase de análisis para entender cómo funciona su estrategia. Una de las pistas está en la nube.
Es bien sabido que en gobierno digital la mejor solución es la que se adapta a las necesidades de culturas y ciudadanos en cada país.
Sin embargo, Dinamarca tiene elementos que pueden ser la piedra angular en los procesos de modernización de instituciones en América Latina.
Es lo que aprenderás en este artículo, nuestra segunda entrega de la serie sobre los mejores países en gobierno digital.
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Confianza es la base
La relación de confianza tecnológica entre el gobierno danés y sus ciudadanos se viene construyendo desde 1968, cuando se creó la primera base de datos centralizada de todos los residentes.
Como lo contó Lars Thuesen, embajador de Dinamarca en Reino Unido, eso sentó las bases para lanzar en estos 15 años herramientas contundentes de digitalización.
- 2001: Firma digital, que debía ser usada por todos los organismos públicos.
- 2004: Cuenta fácil, una factura electrónica obligatoria para los proveedores del gobierno.
- 2007: EasyID, verificación de identidad institucional entre gobierno y sector privado.
Según Thuesen, “el impulso de lo digital en el sector público en los últimos 15 años ha dejado 300 millones de libras al año en ganancias de eficiencia”.
Si una entidad pública en 2021 todavía no usa firma digital, sistemas de facturación electrónica y verificación de identidad con tecnología, se estima que el atraso puede ser de dos décadas.
Estas tres con las que inició el gobierno danés, son las tecnologías críticas por donde debería empezar a desplegar su estrategia de interoperabilidad.
Nube pública
Desde la agencia de gobierno Statens IT, Dinamarca quiere ir un paso más allá en la creación de servicios sofisticados, escalables y flexibles, basados en la nube pública.
“Tanto las nubes privadas como las públicas proporcionan enormes ventajas para los gobiernos”, señaló en entrevista para McKinsey Michael Ørnø, director de Statens IT.
Ørnø continúa: “Existe un potencial financiero de escala al consolidar los centros de datos, desde el alquiler compartido hasta un uso más eficiente de la energía, etc”.
Para el gobierno danés, quedarse por fuera de la nube pública no fue una opción y eso potenció su estrategia a largo plazo.
Las instituciones que no están relacionadas con datos sensibles comparten información geográfica, medioambiental y de tráfico, para evolucionar a ciudades inteligentes y servicios centrados en el ciudadano.
El marco normativo, dice Ørnø, es uno de los desafíos del sector público para adoptar ampliamente una estrategia de la nube.
Si el reglamento no está diseñado para escoger proveedores de Cloud, las instituciones públicas se ven atadas a seguir pagando por servicios del pasado.
Ciudadano en el centro
La razón de la ONU para situar a Dinamarca como el primero en digitalización del sector público es que su modernización no consiste en la tecnología por la tecnología, sino en ayudar a las personas y reconocer sus necesidades.
En Dinamarca existe la idea fundamental de que para los ciudadanos no importa si reciben servicios del Estado, la región o el municipio.
Solo quieren una alta calidad cuando interactúan con el sector público, independientemente de quién está detrás del servicio.
Por eso, el gobierno danés sigue trabajando para crear aún más integraciones de sistemas entre las autoridades públicas.
La tecnología engorrosa y la sensación de ser un juguete entre instituciones públicas contribuyen a debilitar la confianza de las personas en el sector público.
Las soluciones intuitivas que crean cohesión y dan al ciudadano una visión general de sus propios datos ayudan a reforzar la confianza de los ciudadanos en el sector público.
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